Según comunicó el Indec, hay más de 11 millones de pobres en el país.
Durante los primeros seis meses de este año, un 27,3% de la población estuvo debajo de la línea de pobreza, mientras que un 4,9% no logró cubrir sus necesidades básicas y entró en la indigencia. Así lo reveló este jueves el Indec.
De todas maneras, hay mayor expectativa por los datos de la segunda mitad del año –que se harán públicos a comienzos del 2019– donde se reflejará el mayor impacto de la devaluación y la suba de los precios, con la perdida de poder adquisitivo en consecuencia.
La medición del organismo tiene en cuenta el nivel de vida en los 31 centros urbanos más poblados del país. El alza corta la tendencia a la baja que venía formándose en los últimos tres semestres anteriores, luego de la reformulación del Indec. A finales de diciembre del año pasado, unas 7 millones de personas estaban clasificadas como en situación de pobreza.
Con el mínimo cambio respecto de fin del año pasado, ahora 7,5 millones de personas se encontraron en situación de pobreza durante la primera mitad del año, mientras que el dato de indigencia de 4,9% de la población representa a 1,3 millones de personas. En agosto, el organismo estadístico había relevado un aumento de 3,6% en la línea de pobreza, definida por la canasta básica total (CBT), a $6.753. Mientras tanto, el mínimo necesario para cubrir las necesidades alimentarias fue de $2.701, un 2,8% mayor que el dato de julio.
Entre las zonas más vulnerables, se destacaron los casos del Noreste (30,2%) y el Noroeste (28,6%). También se destacan algunos ejemplos provinciales como es el caso del de Gran Buenos Aires, donde el 31,9% de la población estuvo clasificado como pobre, por efecto de la combinación de aumentos inflacionarios generales y los aumentos tarifarios en transporte y energéticos que influyeron en mayor medida ahí.